EL juego en familia: un motor para el aprendizaje
- Iglesia de la Comunidad
- 19 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Cuando los padres se divierten con los hijos los ayudan al proceso de socialización.
La familia es el elemento que acompaña al niño durante toda la vida. Les facilitan educación, crianza, alimentación y aprendizaje, son los mediadores y ejemplo a seguir para sus hijos. Pasa igual con el juego en los niños, son los padres quienes le proporcionan el espacio, los juguetes para que el niño explore, se divierta y se relacione.
No existe nada mejor que jugar en familia, sin límites y con la certeza que tu niño se va a desarrollar grandemente en lo emocional. Desde que los niños nacen los padres pueden hablarles, acariciarles, contarles cuentos y llevarlos a tener contacto con el mundo que los rodeas.
Padres e hijos pueden lanzar un balón, cantar o bailar, luego montar en patines, bicicletas, y tantas ideas como lo permita la imaginación, sin reglas establecidas o reglamentos elaborados. Es necesario crear ambientes de libertad que permitan el acercamiento y las risas. Pero el principal beneficio del juego en familia es que se fortalece el vínculo existente y que a través de él se crea un aprendizaje sano, dinámico y enriquecedor.
Con El juego se desarrolla la comunicación, el acercamiento emocional con mamá, papá y hermanos. Es necesario que al momento de escoger los juegos tomemos en cuenta los gustos, habilidades y necesidades del niño en cada etapa de su evolución o crecimiento.
Los padres son los encargados de fomentar la madurez emocional
ü Puesto que le ayudan a llevar con alegría, rabia, tristeza las frustraciones, las competencias y las derrotas. Es necesario que el niño desde sus primeros años aprenda a controlar sus emociones de manera espontánea.
- El juego en familia estimula la creatividad, el pensamiento y la capacidad de espera. Es un acto de paciencia de los padres que conlleva a ver resultados positivos en el niño.
- Con este tipo de actividades también se fortalecen los colores, formas, texturas, cantidad, caminatas con su ritmo y tiempo, subir y bajar.
La idea no es imponer sino respetar el proceso de desarrollo del niño. Por ejemplo
En los primeros meses no se debe jugar bruscamente, sino hacerles masajes, cantarle, hablarle, reírse, moverle, que el sienta a mamá y a papá, esto le permite generar confianza en sí mismo y en sus padres.
Después que crecen van dando pautas para organizar actividades recreativas que desarrollen su cuerpo, mente y emotividad.
En los primeros años podrás distinguir los gustos. Por ejemplo. Hay algunos pequeños que les gusta más leer, otros se enfocan en el arte y otros en el deporte. Lo importante que tú estés con ellos en su desarrollo.
Cuando juegues en familia es aconsejable y dinámico cambiar de equipo, es decir no jugar siempre con las mismas personas, sino involucrar otras, para que le permitan sociabilizar en grande e interactuar.
- A los 2 años, una opción es hacer grupos de niños, según sus intereses, lo que tengan en común para que compartan sus gustos.
- Más grandes de 3 a 4 años ya se pueden hacer juegos planificados, deporte, según los intereses y actitudes.
- El adulto siempre debe promover un liderazgo sano, respetar y mantener las reglas, no pensar siempre en ganar y sobre pasar a los demás, fomentar el respeto y el compañerismo. Debes recordar que tu mamá y papá son las personas modelos donde el niño se mira para formar su conducta.
La Licenciada Yuleida Urdaneta del Centro de Ayuda de Fuerzas para vivir escribe para el Departamento de Hogar y Familia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de la Comunidad en Chattanooga, Tennessee.

Comments